Entrevista al Dr.. Jorge Carvajal Médico Cirujano de la UNIVERSIDAD DE ANDALUCÍA – ESPAÑA. Pionero de la Medicina Bioenergética ¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?

El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende

En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

La Salud y Las Emociones

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?

Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.

Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.

El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?

De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.

Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?

La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento,odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?

La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra.

Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿La alegría suaviza el ánimo?

Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?

La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?

Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.

¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?

Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud.

Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿ Y si aparece la enfermedad?

Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida.

Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?

La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.

La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el «debería ser», y no somos ni lo uno ni lo otro.

El estrés es otro de los males de nuestra época. El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.

El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?

La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior.

Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?

Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego.

Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.

Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?

Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad.

Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?

Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?

El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora.

El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.

Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego. Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.

¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?

Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro.

Ámate, sincérate y considérate..

Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo. Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro.

Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.

8 poderosas decisiones para dominar el cambio….. desconozco el autor

Muchas cosas de las que hoy te afectan, como el entorno y los cambios de los que estás siendo partícipe, están fuera de tu control. Pero afortunadamente, no importa las circunstancias en las que te encuentres, tienes varias cosas de las que puedes adueñarte y tomar control.

Me refiero particularmente a lo que realmente determina cómo te sientes en este momento ante tus problemas y retos. Estoy hablando de tu actitud. Es decir, de cómo tú eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.

Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda.

Si bien darse un masaje o hacer ejercicios -o incluso el amor- son excelentes antídotos contra el estrés, si no son acompañados por un cambio de actitud apenas llegan a tener un efecto temporal.

¿Cómo te adueñas de tu actitud?

A continuación te ofrezco ocho simples pero poderosas decisiones para tomar control sobre tus respuestas ante lo que te sucede, reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.

Primera decisión:
En vez de resistir. Yo Acepto

Acepta lo fáctico, lo que es un hecho. Hay circunstancias que, por más que te esfuerces, no puedes cambiar -al menos no tan rápido como te gustaría. En ocasiones el cambio, aunque no te guste, es un hecho.

Tu estrés aumenta cuando resistes lo que te sucede. Al resistir le das poder a aquello que estás resistiendo. Al aceptar y soltar tu resistencia recuperas tu poder y puedes sentirte mejor.

En este instante en tu vida, en tu trabajo ¿qué es importante aceptar? ¿Qué puedes dejar de resistir?

Que quede claro: no estoy sugiriendo que te resignes. Tú puedes aceptar las circunstancias actuales -simplemente por el hecho de que en este momento, son esas las circunstancias- y a la vez elegir cambiar lo que está en ti modificar.

Segunda decisión:
En vez de resignarme. Yo aprovecho

Así como es importante aceptar lo fáctico también es fundamental aceptar tus posibilidades de acción inmediata y transformación a futuro. Esto es lo que hace la diferencia entre la resignación y la ambición activa por una mejor situación.

Aprovecha lo que sí está en tus manos hacer, lo que tú sí puedes controlar, aquello en lo cuál sí tienes injerencia y te es posible llevar a cabo.

¿Qué oportunidades puedes aprovechar?

Cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control. En vez de sentirte al efecto pasas a experimentarte como causa.

Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que sí está en ti lograr.

Tercera decisión:
En vez de evadir. Yo Asumo

¿Qué de lo que te afecta tiene que ver contigo?

Cuando las cosas no son como las quisiéramos es muy fácil apuntar hacia afuera y buscar un culpable. El reto-y la esencia de la madurez-está en asumir lo que es tuyo: la forma en que tú has contribuido a lo que hoy sucede y la oportunidad que tienes para cambiar las cosas.

Si evades tu responsabilidad, niegas tu poder y tu capacidad para aprender. Cuando asumes lo que te corresponde te adueañas de tu poder al momento que tomas consciencia sobre lo que puedes aprender y mejorar.

Cuarta decisión:
En vez de sólo desear. Yo Me Comprometo

La única forma de obtener resultados diferentes es haciendo cosas distintas. Desear algo mejor es necesario, pero no es suficiente. El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer para mejorar tus circunstancias.

¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?

Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés. En este sentido, algunos cambios simples pueden hacer gran diferencia.

Por ejemplo, si eres de los que diariamente te sometes a una intensa dieta mediática, qué tal si eliges leer menos la prensa diaria y evitar el maratón de los noticieros nocturnos en televisión justo antes de acostarte. Te apuesto algo: el mundo no va a cambiar porque tú dejes de ver, escuchar y leer noticias; pero tú salud mental sí puede beneficiarse enormemente de una adecuada dieta mediática.

¿A qué simples cambios te comprometes para lograr lo que necesitas para sentirte mejor?

¿Qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar en tu vida?

Quinta decisión:
En vez de preocuparme. Yo Me Ocupo

El antídoto para tus preocupaciones: ocúpate; ponte en acción; muévete hacia lo que quieres y está en ti lograr.

Hay situaciones que definitivamente escapan de nuestro control. Hagamos lo que hagamos, ni siquiera podemos influir sobre ellas. Entonces, ¿qué caso tiene preocuparte por aquello que escapa de ti?

¿Algo te preocupa? ¿Está en ti hacer algo al respecto? Entonces ponte en acción; de lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y decide soltarlo para hacerte cargo de las oportunidades que sí puedes aprovechar.

Quizá no puedas cambiar tus circunstancias en este momento. Pero sí puedes elegir una actitud que te permita aceptar lo que es, aprovechar lo que es posible, comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.

Sexta decisión:
En vez de olvidarme de lo que tengo. Yo Agradezco

Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos, es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que tienes. En medio del caos corres el peligro de dar por sentado y olvidarte de lo que realmente llena tu vida y constituye tus éxitos y fortalezas.

¿De cuántas cosas podrías estar agradecido en tu vida?

La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida. El agradecer te permite enfocarte en lo que tienes -para continuar avanzando hacia tu éxito y plenitud- en vez de aquello que te hace falta.

En la gratitud los miedos se desvanecen ya que te das cuenta de que has recibido y tienes más de lo que creías. Conéctate con ella y no olvides los miles de regalos que has disfrutado en forma de experiencias, amistades, aprendizajes, momentos, oportunidades, amores. talentos, fortalezas, conocimientos.

¿Qué podrías agradecerle a la vida en este momento?

Séptima decisión:
En vez de desconfiar. Yo confío

¿Estás eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tú o que tú eres más grande que ellos?

¿Crees que tus circunstancias negativas son permanentes o sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos y que después del invierno viene la primavera?

¿Estás pensando que estás al efecto de las circunstancias o sabes que tú tienes el control para adueñarte de tu capacidad para salir adelante?

¿No te sientes seguro de quienes te acompañan o decides confiar en el carácter y la capacidad del otro?

Confiar o no confiar. La decisión es tuya.

Octava decisión:
En vez de visualizar en negativo. Yo Apuesto a Ganar

Como decía Henry Ford, «si crees que puedes o crees que no puedes, estás en lo cierto». En ti está elegir conscientemente apostarle a tu éxito y tener fe en que todo lo que sucede es lo mejor.

El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede sucede. Esa misma energía y talento para visualizar en negativo puedes enfocar en lo que realmente deseas: el éxito.

No es simple pensamiento positivo. No es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el simple hecho de pensar que así va a ser. Apuesta es la octava decisión. Ya aceptaste la realidad. También identificaste lo que puedes aprovechar de las circunstancias. Además has asumido tu responsabilidad en el proceso. Estás comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible. Conectado con la gratitud por lo que ya tienes, decides confiar en ti, en el otro y en el proceso.

Ya lo que queda es apostar a ganar. y llevar tus decisiones a la acción.

(Este artículo es la transcripción de la video-presentación sobre las 8 Poderosas Decisiones)

MIEDO AL COMPROMISO (ANÓNIMO)

Cada vez más, nos encontramos en las consultas psicológicas a personas con cierta edad que no tienen pareja.
Este aspecto es importante, ya que desean tenerla pero les da miedo comprometerse de por vida con alguien. Por supuesto, el factor edad es menos relevante para este problema, pues cada uno encuentra pareja en diferentes momentos y a diferentes edades… Sin embargo, el hecho de querer vivir en pareja y no poder hacerlo por miedo, es un factor que nos descubre una personalidad peculiar que se puede tratar y mejorar con el fin de que el individuo consiga su objetivo.
Aparte de las personas que acuden a consulta con un propósito claro de mejoría, existen otras personas que parecen jóvenes eternos, los típicos amigos que no dejan de salir por la noche a discotecas y fiestas y que parece que mantengan la energía de los 15 años, cambiando a menudo de pareja, sin conseguir centrarse.
A pesar de que el grupo de referencia de estas personas avanza y forma familias, ellos siguen en la dinámica de hace años, sin existir un ápice de progreso en su dinámica habitual, comí si estuvieran estancados. Todos los que les rodean se dan cuenta de ello e incluso, se lo comentan, pero es fácil encontrar, por su parte, una mala contestación, una gracia o una justificación desmesurada.

Siempre poniendo pegas a las parejas
Estas personas suelen ser buenos conquistadores. Sin embargo, sus relaciones a menudo se rompen en poco tiempo por su miedo al compromiso. Este miedo se va a reflejar muy claramente en la retahíla de «peros» que van a encontrar en sus distintas parejas. Todas tendrán algún «pero» y no serán las ideales para ellos. También es muy común que el nivel de exigencia de estas personas sea muy elevado. Mantienen el listón muy alto, con lo que es difícil que ninguna pareja consiga alcanzarlo. Por otro lado tendrán dificultades en expresar sus emociones, precisamente por ese miedo al compromiso y a que la pareja se crea más de lo que el otro desea. Por ello, pocas veces demostrará sus sentimientos. La frase «te quiero» no estará en su repertorio y, por supuesto, las parejas se cansarán de no recibir nada y le abandonarán

Normas rígidas
Como una característica de personalidad importante, estarán sus «normas rígidas» de cómo tiene que ser una pareja.
Si las cosas no salen o no son como ellos esperan, se frustrarán y tirarán la toalla sin luchar, ya que considerarán que su punto de vista es el correcto y que ellos no son los que tienen que cambiar. Son personas muy controladoras y estando solos, consiguen controlar todo su entorno, pero cuando comparten su vida con otra persona, el control desaparece, ya que no pueden controlar al otro.
Necesitan controlarlo todo, pero no pueden hacerlo con una pareja, lo que les produce angustia y rechazo. Son personas muy controladoras y estando solos, consiguen controlar todo su entorno, pero cuando comparten su vida con otra persona, el control desaparece, ya que no pueden controlar al otro. Aparecerá un miedo a las posibles consecuencias de sus conductas que no conocen, ya que serán situaciones nuevas vividas en pareja. Este miedo les provocará angustia y por supuesto, un rechazo a esa situación que les resulta tan poco protectora. Romperán las relaciones una y otra vez por falta de estrategias para solucionar las cosas novedosas que se les planteen.

Jóvenes eternos
Su afán de diversión y de fiesta no es más que una coraza para disimular el malestar que les produce su situación, pues son conscientes de su pasividad y de su poco avance, sobre todo cuando tienen con quiénes compararse (amigos que se casan, que tienen familia, etc.). Su dificultad para expresar emociones y sus normas rígidas de cómo tienen que ser las cosas, les impiden buscar ayuda y seguirán manteniendo el papel de jóvenes eternos, hasta que la presión encubierta mantenida durante mucho tiempo les provoque problemas emocionales, como la depresión. Caerán en picado y su coraza se caerá con ellos, apareciendo entonces todas sus debilidades y todos sus miedos, a los que no sabrán hacer frente.

Dificultades para comunicarse
Otra característica es su dificultad a la hora de comunicarse, ya sea con las parejas o con los amigos. Rara vez expresan sus ideales o sus discrepancias, manteniendo siempre la perfección. No hablan de ellos ni profundizan, y sus conversaciones tratarán siempre de temas superfluos con el fin de dirigir la atención hacia otros temas y no hacia sus verdaderos miedos o dudas.
Con las parejas mantendrán una comunicación activa y conquistadora, pero poco concluyente, con vacíos y lagunas, y no se darán a conocer tal y como son, cosa que hacen con casi todo el mundo. .

Tienen que mantener su rol de juerguistas por temor a ser criticados o minusvalorados por otros y así, no podrán expresar sus miedos con facilidad. Aquí también aparece un miedo a sentirse inferiores o a que alguien conozca sus verdaderas emociones, con lo que el no compromiso ayudará a mantener intacta esta parcela tabú.

Parecen ideales, pero no lo son
Parecen las parejas ideales a simple vista, entran mucho por los ojos y gustan a casi todos. Son atractivos, graciosos, comunicativos… Pero a la hora de la verdad, cuando aparecen problemas o cuando hay que hablar más en serio, no saben estar a la altura. Cambiarán de tema y se saldrán por la tangente, provocando en los demás sospechas o extrañeza. Quieren pasar desapercibidos, pero al final todos hablarán de su comportamiento. Probablemente, una vez alcanzada cierta edad, estas personas caen en un pozo sin fondo cambiando completamente su percepción de las cosas y dándose cuenta de sus debilidades.

¿Cómo superar el miedo al compromiso?
Por supuesto, deberán ir tocando punto por punto y, probablemente, con ayuda de un profesional, todos los aspectos que hemos comentado más arriba.
Necesitan: Llevar a cabo una cura de humildad.
Expresar sus inseguridades a algún amigo les ayudará a descargar la presión y a comprobar que no pasa nada.
Valorarse más a sí mismos, tal y como son, con sus defectos y con sus virtudes. Controlar la autocrítica será un aspecto a tratar.
Buscar todos sus miedos y desmontarlos con razonamientos coherentes.
Es más que probable que tengan muchas distorsiones y errores cognitivos. Regularizar su necesidad de control y permitirse ser más libres a la hora de realizar ciertos comportamientos.
No es necesario que las cosas sigan siendo como se las han impuesto, pueden cambiarlas.
Analizar sus historias familiares para buscar «porqués». Seguramente, proceden de una educación rígida con padres sobreprotectores, con muchas normas y con críticas cuando se rompen dichas normas.
Esto ayudará a la persona a darse cuenta de que muchos comportamientos no son suyos, sino inculcados desde la infancia, y que pueden cambiarlos porque sus padres ya no están en situación de poder criticarlos, pues ya es un adulto.

pedido de sanación

Hola desde Chile: Te escribo para solicitar sanación a distancia para mi, Paola Miqueles Indo, 4 de marzo de 1977, mi hija Monserrat Oyarzun Miqueles, 8 de marzo de 2006 y mi hijo Martin Oyarzun Miqueles, 18 de julio de 2008. Estamos pasando un proceso de separación muy difícil y doloroso por el mal comportamiento paterno y realmente necesitamos ayuda..sobretodo mi hija Monserrat. Te agradezco de todo corazón y recibiremos con mucha Fe su sanación. Gracias!! Paola